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Acciones de mitigación

Proteger los corales es preservar los arrecifes y todos los organismos involucrados en éstos; es proteger las costas y desde todos los puntos de vista salvaguardar los océanos. Muchas personas han hecho severas predicciones del deterioro masivo de los arrecifes coralinos a muy corto plazo. Sin embargo, estas predicciones no son hechos inevitables. Existen una serie de acciones que deben ser promovidas en todas las esferas sociales, de manera que las personas tomen conciencia no sólo de la evolución favorable o desfavorable de los arrecifes coralinos y demás comunidades marinas, sino de la necesidad de tomar partido inmediato en la prevención y búsqueda de soluciones al respecto. A continuación presentamos un grupo de medidas que son vitales para la protección de los corales y demás organismos asociados a éstos en los arrecifes coralinos.

 

Medidas concernientes a las empresas nacionales, mixtas o extranjeras.

- Evaluar con anticipación el impacto de las obras ingenieras sobre las comunidades naturales y planificar adecuadamente el uso de las zonas marino-costeras, teniendo en cuenta desde el inicio toda la legislación existente e implementando un cuerpo de vigilancia con autoridad para la penalización de contravenciones.

- Proteger la vegetación costera y marina, para evitar la erosión litoral y la llegada de sedimentos provenientes de la tierra a los arrecifes cercanos.

- La contaminación proveniente de hoteles, asentamientos humanos, marinas, embarcaciones, lavanderías, lagunas de oxidación, erosión costera y dragados pueden comprometer la salud y belleza de los arrecifes coralinos y por lo tanto al propio desarrollo de empresas como el turismo de buceo. Por ello es vital evitar que las concentraciones de fosfatos y nitrógeno total en el agua excedan de 0.2 mol/L y 1.0 mol/L respectivamente.

- Las actividades de buceo (tanto libre como autónomo) están reguladas por un documento que pronto estará vigente.

Este documento establece la capacidad de carga permitida (se proponen 4 000 buceadores/año/sitio), normas de ubicación de los sitios de buceo, requisitos de buceo, entre otras cuestiones. En la literatura mundial se han propuesto cargas de visitantes que van desde 500 a 15 000 buceadores/año/sitio (Tabla 1). Dada la gran falta de consenso y la variabilidad de los arrecifes en cuanto a su fragilidad, se ha escogido como norma, cumpliendo el principio de precaución, la cifra de 4 000 ya mencionada. Esta cifra se recomienda siempre que se cumplan requisitos indispensables de buceo. Según Zakai y Chadwick-Furman (2001) los arrecifes donde abundan los corales ramificados son más vulnerables al daño de visitantes que aquéllos que consisten mayormente en corales masivos. El efecto de las capacidades de carga aplicadas debe ser monitoreado para hacer las correcciones pertinentes si es necesario.

- Dado que uno de los mayores atractivos del turismo de buceo son los peces, ha de prohibirse totalmente la pesca de éstos en las zonas de turismo subacuático. Los turistas reclaman peces diversos, abundantes, grandes y sociables. Nada de eso se consigue si se permite la pesca en las áreas de turismo y sus inmediaciones dentro de un radio determinado.

Los peces de mayor talla como regla son los menos abundantes en cualquier población, y además son el blanco preferido de los pescadores, como es de suponer. Por ello, con razón dice Watson et al. (1997) que un control a medias en las zonas donde se quiere desarrollar buenas comunidades de peces es igual que no ejercer control alguno.

- Es vital que los visitantes siempre buceen acompañados por guías que controlen la conducta de los mismos. Además, se deberán evitar los senderos interpretativos, de modo que los visitantes no buceen reiteradamente a lo largo de las mismas rutas. Esto evita que se produzcan caminos de arrecife muerto o deteriorado. También es importante evitar el buceo en momentos en que existan eventos de enfermedades de corales.

- Amplificar el uso de boyas de amarre, que son boyas sujetas al fondo a las que se amarran las embarcaciones sin necesidad de anclar. Además, se debe prohibir el uso de los motores de las embarcaciones de poco calado y lanchas en fondos coralinos a menos de 4 m de profundidad. Esto evita los daños por resuspensión de sedimentos.

- Educar a los tripulantes de las embarcaciones en la recopilación de los desechos sólidos y su posterior depósito en lugares destinados a estos fines en los puertos o atracaderos.

- Controlar o prohibir el uso, venta o exportación de artículos hechos con material proveniente de especies raras, en peligro o amenazadas.

- Evitar el uso de chinchorros en la plataforma. Asimismo, acatar las disposiciones pertinentes para la pesca en todas sus modalidades. No emplear explosivos ni descargas eléctricas en el mar u otras artes de pesca perjudiciales para el hábitat.

Aplicar cuotas pesqueras sostenibles, áreas protegidas de exclusión pesquera, vedas estacionales y licencias de pesca limitadas.

- Mantener una estrecha comunicación entre los científicos encargados del estudio y evaluación permanente de las zonas naturales en uso y los administradores (manejadores) ambientales. Se considera que la ciencia de los arrecifes ya cuenta con conocimientos suficientes para brindar asesoría a las actividades de manejo, y que el hecho de que aún queden muchos aspectos por investigar no debe detener la acción de la ciencia sobre la conservación, uso sostenible y rehabilitación de los arrecifes coralinos. Por esto es necesario promover en la misma medida en que crezca el uso comercial de los arrecifes, el desarrollo de investigaciones dirigidas concretamente al conocimiento, evaluación y manejo de éstos. Esto permitirá implementar el  co-manejo, que consiste en la planificación, regulación y control del uso de los recursos que involucra de forma interdisciplinaria e intersectorial a todas las partes interesadas y necesarias (pesca, agricultura, gobierno local, científicos, organizaciones políticas, organizaciones no gubernamentales, pobladores locales, entre otras).

- Confeccionar plegables con las principales características del arrecife y las medidas para su protección, con el objetivo de extender dicha información tanto a los pobladores del lugar como a los turistas que lo visitan.

- Extender la educación ambiental sobre los arrecifes a todos los niveles, lo que aumentará la voluntad política, organización y coordinación de presupuesto, en relación con una mayor conciencia del valor de los bienes y servicios de los ecosistemas y otros recursos naturales no mercantiles (valores indirectos y de no uso), necesaria para una adecuada toma de decisiones y manejo, entre otros.

Se debe hacer especial énfasis en la educación ambiental de los niños y adolescentes, y en la vinculación de las poblaciones locales a las acciones relacionadas directa o indirectamente con la zona costera. Las nuevas generaciones, con las herramientas cognoscitivas necesarias, garantizarán un futuro más favorable para la preservación del medio natural. A su vez, no existe mejor protección para una comunidad natural que la de aquéllos que la habitan, siempre que encaminen satisfactoriamente sus acciones.

Medidas que deben ser aplicadas por cada persona.

- Los bañistas que frecuentan las orillas rocosas no deben pararse sobre los corales, ni agarrarse de éstos u otros organismos del arrecife. Es recomendable no usar guantes o zapatillas de baño siempre que sea posible, para evitar dañar los corales de forma inadvertida.

- Los pescadores submarinos deberán dominar las artes y reglamentos de esta modalidad de pesca, en aras de no proyectar sus arpones contra los corales u otros organismos que no sean su blanco, así como evitar capturar especies en veda o fuera de la talla comercial.

- Se debe evitar tocar los corales u otros organismos durante el buceo, tanto con nuestro cuerpo como con los instrumentos del equipo. También debemos tratar de no levantar el sedimento del fondo durante la natación, al bucear cerca de corales. Para evitar estas acciones que causan deterioro a los organismos del arrecife es necesario dominar la técnica del buceo y bucear a 1 m como mínimo de dichos organismos.

- Colocar colectores de basura grandes y visibles en tierra. Debemos aprender a botar las basuras, escombros, sustancias tóxicas o combustibles, en los lugares adecuados, aún cuando estemos muy alejados de la zona costera.

Estos desperdicios viajan por las calles y alcantarillado hasta el mar, donde asfixian o contaminan los corales y demás organismos marinos.

- Debemos educarnos a nosotros mismos a recoger y botar adecuadamente no sólo nuestros desperdicios, sino también aquellos ajenos que de forma cotidiana encontramos en sitios inapropiados.

- No colectar corales ni su fauna acompañante sin el debido conocimiento o autorización. Los corales participan, vivos y muertos, en el balance ecológico del arrecife.

- Participar o apoyar aquellas acciones encaminadas a la limpieza, cuidado o protección de la naturaleza en cualquiera de sus formas.

- Mantener una conducta activa y profiláctica frente a aquéllos que dañan el medio marino.

Elaborado por: Thalia Villegas Rangel y Supervisado por: Damaris Olivera Bacallao

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