top of page
arrecifes-coral-1.jpg

Tipos de arrecifes

ARRECIFES DE FRANJA:
En Cuba, estos arrecifes predominan. En la costa norte se extienden casi ininterrumpidos desde Punta Ingleses (en Mantua, Pinar del Río) hasta Punta de Maisí, y en la costa sur bordean el Cabo de San Antonio, continuando a lo largo de la plataforma del Archipiélago de los Canarreos hasta Trinidad, extendiéndose en el extremo sur oriental desde Cabo Cruz hasta Punta Quemado en Maisí. En el tramo central, colindan con aguas de la fosa de oriente, con fondos superiores a 7.000 m. Destacan por su belleza y estado saludable los arrecifes de María la Gorda, los cayos Campos, Blanco, Diego Pérez, Thaelmann, la periferia del Golfo de Batabanó y los cayos Cádiz, Arbolito, Pajonal y Coco del Archipiélago Sabana-Camagüey.

 

ARRECIFES DE BARRERA:
Son arrecifes en forma de muro, localizados paralelos a la costa y separados de ésta por lagunas con profundidades superiores a 20 m. Se extienden desde la Isla de la Juventud hasta la región de Varadero, constituyendo ecosistemas vitales que albergan una rica biodiversidad y actúan como barreras naturales contra la erosión y las olas. Ejemplos representativos son el Arrecife de Guanahacabibes, el Arrecife de Varadero y el Arrecife de Jardines de la Reina, aunque estos ecosistemas enfrentan amenazas como el cambio climático, la contaminación y la pesca excesiva.

 

ATOLONES:
Son formaciones coralinas circulares con numerosas islas emergentes y una amplia laguna interior de 20 a 50 m de profundidad, conectada al mar por canales. Aunque son típicos de aguas oceánicas alejadas de los continentes, en Cuba no existen atolones verdaderos; el más cercano es el Hogsty Reef, en Las Bahamas, a poco más de 150 km de la costa de Holguín. Asimismo, se reconocen microatolones o arrecifes anulares, como los cayos Media Luna y Culebra en el Golfo de Guacanayabo y los cayos de la Herradura en Villa Clara, que no constituyen verdaderos atolones.

 

ARRECIFE DE BANCO O PLATAFORMA:
Estas formaciones masivas, con aspecto de muros o montículos, pueden originarse desde profundos fondos oceánicos o sobre plataformas continentales e insulares, desarrollándose generalmente en todas direcciones. En algunos casos, la acción del viento favorece un crecimiento preferencial hacia la zona de embate, dando lugar a formas de media luna. Ejemplos en Cuba incluyen el Banco Pizarro (en el interior del Golfo de Guanahacabibes), el Banco de Jagua (al sur de la Bahía de Cienfuegos), el Banco Manatí y el Bajo Tortuga (en el Golfo de Ana María), y el extenso Banco Levisa (32 km de longitud, en el Golfo de Guacanayabo).

Elaborado por: Thalia Villegas Rangel y Supervisado por: Damaris Olivera Bacallao

bottom of page