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Otras especies

Los fondos marinos, especialmente los arrecifes de coral, albergan una gran diversidad de organismos que interactúan de diversas maneras con su entorno. Muchos de ellos, conocidos como epifauna, se esconden o merodean entre las estructuras coralinas, contribuyendo a la limpieza y fortaleza de los corales, aunque también pueden dañarlos. Otros organismos, llamados criptofauna, habitan en el interior de los corales, debilitando su esqueleto calcáreo y favoreciendo la producción de sedimentos. Para los corales, estos vecinos ofrecen protección contra depredadores, alimento y oportunidades de colonización, creando una red compleja de relaciones que pueden ser neutrales, beneficiosas o perjudiciales. Además, la colonización del entorno coralino presenta desafíos, ya que solo algunas especies han desarrollado adaptaciones para evitar ser devoradas por los pólipos de coral. En este ecosistema, los organismos interactúan entre sí y con su entorno abiótico, formando una cadena de relaciones en constante transformación.

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Algas: Las algas desempeñan un papel crucial en los ecosistemas de arrecifes de coral, coexistiendo de diversas formas con estos organismos. Las zooxantelas, algas microscópicas que habitan en la gastrodermis de los pólipos coralinos, son una fuente vital de nutrientes y energía. En Cuba, se han identificado más de 600 especies de macroalgas marinas, de las cuales alrededor del 50% se encuentran en los arrecifes. Estas macroalgas, que incluyen variedades verdes, rojas y pardas, compiten con los corales por espacio y recursos, actuando también como productores primarios y fuente de alimento para diversas especies. Las algas rojas costrosas son especialmente importantes para la estructuración de los arrecifes, mientras que otras macroalgas, como las filamentosas y carnosas, a menudo compiten intensamente con los corales, especialmente en ambientes ricos en nutrientes. El aumento de nutrientes puede favorecer el crecimiento de ciertas algas, lo que puede resultar en la reducción de las poblaciones de coral al impedir su asentamiento y causando daño a las colonias establecidas. Además, las cianobacterias, que prosperan en condiciones eutróficas, pueden representar una amenaza adicional para los corales debido a las toxinas que producen. Aunque el impacto de las algas microscópicas perforadoras en los corales no ha sido ampliamente estudiado en Cuba, su efecto erosivo parece ser menor en comparación con otros organismos de la fauna críptica.

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Plantas superiores: En las praderas de fanerógamas marinas de Cuba, se encuentran corales aislados o cabezos coralinos, junto a cinco especies de plantas superiores: Thalassia testudinum, Halodule wrightii, Halophila engelmanni, Halophila decipiens y Syringodium filiforme. Los corales que suelen asociarse con estas plantas incluyen Manicina areolata, Montastraea annularis, Cladocora arbuscula, y varios del género Porites y Siderastrea. Muchos de estos corales son pequeños y pueden pasar desapercibidos, especialmente en áreas densamente cubiertas por Thalassia testudinum. La presencia de corales zooxantelados, que están casi ocultos bajo estas plantas, es más común en aguas claras y cercanas a la superficie, donde la luz solar es suficiente para las algas simbiontes. Además, existe una relación estrecha entre las angiospermas marinas y los arrecifes, que implica un intercambio de energía tanto funcional como sistémico.

 

Protozoos: Los protozoos juegan un papel importante en los ecosistemas de los arrecifes de coral, formando parte del zooplancton que alimenta a los pólipos. Entre ellos, los foraminíferos del Phylum Sarcodina son particularmente relevantes, ya que, a pesar de su pequeño tamaño, contribuyen significativamente a la protección de los corales y al crecimiento geológico de los arrecifes a través de sus numerosas conchas. Estas conchas, compuestas de carbonato de calcio, quitina o materiales extraños, se adhieren a las estructuras coralinas, mejorando su solidez. Especies como Homotrema rubrum son frecuentes en las colonias de corales, especialmente sobre Porites porites y Eusmilia fastigiata. Densidades elevadas de ciertos foraminíferos, como Amphistegina viva, indican ambientes marinos favorables para el desarrollo de arrecifes. Aunque se desconoce si estos protozoos tienen efectos negativos sobre los corales, sus conchas pueden causar pérdidas energéticas a los pólipos al resuspenderse y depositarse sobre ellos.

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Poríferos: Las esponjas son un componente esencial de los arrecifes coralinos, desempeñando diversas funciones que van desde proporcionar un sustrato para la fijación de larvas hasta competir y dañar directamente a las colonias de coral. Muchas esponjas coexisten pacíficamente con los corales, realizando una labor crucial de filtración de materia suspendida que mejora la claridad y el oligotrofismo de las aguas. Las grandes esponjas suelen estar protegidas de los depredadores mediante mecanismos como sabor disuasivo y sustancias tóxicas, lo que les permite persistir en el ecosistema. Un ejemplo de relación mutualista se da entre la esponja Mycale laevis y ciertos corales, donde ambos se benefician al ofrecer protección y sustrato. Sin embargo, también existen esponjas perforadoras, como las del género Cliona y Siphonodictyon, que horadan el esqueleto calcáreo de los corales, jugando un papel significativo en la dinámica de los arrecifes debido a su abundancia y capacidad de ataque a diversas materias.

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Gorgonáceos: Aproximadamente el 80% de los gorgonáceos en Cuba habitan los arrecifes coralinos. Estos antozoos, conocidos como corales córneos, presentan pólipos con ocho tentáculos y un esqueleto interno flexible que les permite retraerse en condiciones desfavorables. Generalmente, las gorgonias son vecinas pasivas de los corales y se destacan por su colorido en el ecosistema arrecifal. Especies como Gorgonia flabellum, Eunicea flexuosa y Gorgonia ventalina son comunes en diversas zonas del arrecife. Aunque se alimentan principalmente de nutrientes sintetizados por zooxantelas y partículas orgánicas, su capacidad para atrapar zooplancton es limitada, lo que sugiere que no constituyen una competencia significativa para los corales en este aspecto. Sin embargo, el sobrecrecimiento de ciertas gorgonias puede generar competencia por alimento y reducir la luz o el flujo de agua necesario para el desarrollo de los corales, lo que podría llevar a la muerte de algunas colonias. Además, algunas especies de corales pueden dañar a las gorgonias al usarlas como sustrato, resultando en interacciones complejas dentro del ecosistema.

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Moluscos: En las costas cubanas, los arrecifes coralinos albergan una notable diversidad de moluscos, aunque sus densidades y biomasas son generalmente bajas debido a la depredación por peces y langostas. La biomasa puede incrementarse con la presencia de especies grandes como el cobo y el tritón. La diversidad de moluscos está relacionada con la variedad de hábitats que ofrecen los arrecifes, permitiendo la coexistencia de especies oportunistas y especializadas, incluyendo depredadores de algas, esponjas y otros organismos. Los gasterópodos son comunes en la epifauna coralina, algunos de los cuales ayudan a controlar el crecimiento de algas, mientras que otros, como Coralliophila abbreviata, se alimentan de pólipos de coral. Los quitones y cefalópodos como el pulpo común también son parte del ecosistema, alimentándose y refugiándose en las colonias de coral. Entre los bivalvos, algunas especies cementan sus conchas a las colonias, contribuyendo a su solidez, mientras que otros perforan el carbonato de calcio de los corales, generando movimientos de agua que pueden beneficiar la alimentación de los corales. La investigación continua está aumentando el conocimiento sobre la diversidad de moluscos en estos ecosistemas complejos.

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Poliquetos: Los poliquetos son habitantes comunes de los corales pétreos, y muchos de ellos pueden ser tanto transitorios como permanentes. Entre los más destacados se encuentran los de la familia Amphinomidae, como el gusano de fuego, que son devoradores de pólipos coralinos. Otros poliquetos, como aquellos de las familias Aphroditidae y Polynoidae, no consumen pólipos, pero se benefician de los organismos asociados a los corales. También hay poliquetos excavadores de la familia Eunicidae, que erosionan la matriz calcárea de los corales y pueden causar daños significativos. Los poliquetos de la familia Terebellidae se ocultan en cavidades de los corales y se alimentan de materia orgánica mediante tentáculos mucosos. Las familias Sabellidae y Serpulidae son conocidas por sus tubos, que pueden ser de arena o calcáreos, y que a menudo colonizan diversas especies de corales, contribuyendo a su solidez. Sin embargo, la presencia de larvas de poliquetos puede provocar deformaciones en las colonias de coral, afectando su estructura. Entre los representantes más comunes se encuentran Sabellastarte magnifica entre los sabélidos y Spirobranchus giganteus entre los serpúlidos, que son abundantes en ciertas colonias de coral.

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Crustáceos: Los crustáceos son un grupo crucial en los ambientes coralinos, con los decápodos, que incluyen cangrejos, langostas y camarones, siendo los más abundantes y significativos en términos de biomasa. Cangrejos como Macrocoeloma subparalellum y Stenorhynchus seticornis son comunes entre los corales, mientras que la langosta Panulirus argus utiliza las oquedades coralinas como refugio. Algunos cangrejos, como Cryptochirus corallicola, pueden causar deformaciones en los corales al alojarse entre los pólipos. Los camarones, por su parte, se esconden durante el día en los corales y emergen por la noche para alimentarse. Especies como Stenopus hispidus actúan como limpiadores de ectoparásitos, mientras que los camarones pistoleros de la familia Alpheidae son conocidos por su capacidad de perforar los corales, aunque no se ha documentado una erosión significativa en los arrecifes cubanos. Además, camarones diminutos del género Mysidium nadan en busca de protección entre los erizos, y los cangrejos ermitaños se alimentan de desechos en las zonas intermareales. Los cirripedios, aunque no son decápodos, también pueden causar deformaciones en los corales al fijarse en su tejido, y su presencia puede generar corrientes de agua que beneficien a los pólipos. Sin embargo, algunos de estos organismos pueden perforar las colonias, facilitando su destrucción.

 

Equinodermo: En los arrecifes coralinos de Cuba se han registrado 125 especies de equinodermos, de las cuales aproximadamente el 50% se asocia de diversas maneras con estos ecosistemas. Muchos equinodermos, como las estrellas frágiles del género Ophioderma, se refugian entre las ramas de los corales o en fragmentos de colonias muertas, saliendo por la noche a alimentarse. Los crinoideos, como Nemaster discoideus, también son comunes, extendiendo sus brazos en busca de plancton. El pepino de mar Euapta lappa se encuentra adherido a las bases de los corales, mientras que ciertos erizos, como Eucidaris tribuloides y Echinometra lucunter, contribuyen al desgaste de las estructuras coralinas al alimentarse de foraminíferos y algas. El erizo negro Diadema antillarum, aunque puede devorar pólipos en condiciones desfavorables, juega un papel vital al controlar el crecimiento algal. Otras especies de erizos, como Tripneustes ventricosus y Lytechinus variegatus, habitan áreas cercanas a los arrecifes, mientras que algunos animales, como Oreaster reticulatus, pueden alimentarse de pólipos en ocasiones. Afortunadamente, en aguas cubanas no se encuentran estrellas de mar que sean grandes depredadoras de corales, como Acanthaster planci, que han causado graves daños en otros arrecifes del mundo.

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Peces: Los peces son el grupo más conspicuo en los arrecifes coralinos, destacándose por su movilidad y colorido. La mayoría de las especies son demersales y dependen de los corales como refugio, lo que hace que la calidad de las estructuras coralinas sea crucial para su abundancia. Entre las especies más comunes se encuentran los peces omnívoros como las chopitas del género Stegastes, que excavan en los corales para crear "jardines" donde atraen a las hembras para desovar. Sin embargo, esta actividad puede causar infecciones en los corales y limitar la acción de herbívoros. Otros peces, como los catalufas y los carajuelos, también utilizan los corales como refugio, mientras que los herbívoros, como los peces loro, raspan los esqueletos de los corales para alimentarse de algas, lo que puede dañar gravemente las colonias coralinas. Además, los peces carnívoros, como los pargos y los meros, se mueven entre los corales para cazar presas, utilizando las estructuras coralinas como escondite. Algunos peces, como los gobios, actúan como limpiadores, mientras que otros, como ciertos parches, pueden alimentarse de pólipos de coral. Aunque algunos peces pueden causar daños a los corales, otros, como los tiburones, son visitantes ocasionales que buscan presas en el ecosistema. La interacción entre los peces y los corales es compleja y puede tener efectos tanto positivos como negativos en la salud del arrecife, dependiendo de las dinámicas de población y de la presencia de depredadores.

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Reptiles: En Cuba, tres de las cinco especies de tortugas marinas son comunes en áreas de arrecifes coralinos: la tortuga carey, la tortuga verde y la caguama. Las tortugas jóvenes utilizan estos ecosistemas como hábitat de desarrollo, donde encuentran alimento y refugio de depredadores. Las tortugas carey se alimentan principalmente de invertebrados bentónicos, especialmente esponjas, mientras que la tortuga verde consume algas marinas, lo que ayuda a controlar la productividad de las praderas marinas y afecta la cobertura de algas en los arrecifes. Las caguamas se alimentan de moluscos y crustáceos tanto en los arrecifes como en fondos blandos. Sin embargo, al buscar alimento, las tortugas pueden dañar los corales, especialmente aquellos de los géneros Acropora, Agaricia y Porites, fracturando estructuras con sus mandíbulas y cuerpo. Aunque en otros lugares como Hawái se ha documentado un daño considerable a los corales por parte de tortugas, en Cuba no se han observado efectos tan drásticos, aunque es probable que durante la anidación se produzcan daños significativos en ciertas áreas.

Elaborado por: Thalia Villegas Rangel y Supervisado por: Damaris Olivera Bacallao

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